LA GRAN FALSIFICACIÓN MASÓNICA

Antecedentes

Masón significa constructor, entendiendo por tal desde el albañil hasta el arquitecto. Y es evidente que existen “constructores” desde que el ser humano realizó “construcciones”. Respecto de las primeras edificaciones, ellas surgieron como respuesta a la necesidad de abandonar las cavernas y otros refugios naturales, pues el exceso de población hizo imposible a grandes grupos humanos vivir en ellos, por lo que les fue necesario “construir” refugios que los protegieran de las inclemencias del tiempo. Esas primeras construcciones, hechas con los materiales más accesibles, como palos, tierra (lodo), y tal vez algunas piedras, fueron muy elementales, pero con el transcurso del tiempo la construcción se convirtió en un arte que se desarrolló y produjo edificaciones cada vez más complejas, gracias a la utilización de conocimientos de carácter científico técnico por parte de asociaciones o agremiaciones de constructores, las que habían surgido como una necesidad para desarrollar y transmitir dichos conocimientos, que los consideraban como secretos profesionales.

La naturaleza de estos conocimientos requería de entornos de desarrollo no sujetos a la censura y el pensamiento oficial, lo que era posible gracias al secreto de la hermandad, por lo que estas asociaciones de constructores evolucionaron hasta convertirse en lo que se conoce como Masonería Operativa, aunque es muy difícil precisar cuándo surgió. Pero se conoce que en distintos países tomó particularidades distintivas, y durante la Edad Media se identifican gremios que, en el ambiente de secreto que reinaba a su interior, vinculaban los conocimientos científicos con la práctica del librepensamiento; mientras por otro lado existían cofradías de constructores, dominadas ideológicamente por la Iglesia Católica. Pese a la gran similitud formal entre estos dos tipos de organizaciones de constructores, solo el primero puede considerarse como Masonería Operativa.

Pero entre los siglos XV y XVI se desarrolló en Italia y Francia un proyecto propiciado por los gremios (Artes) florentinos, a fin de utilizar las formas, organización y prácticas de la masonería operativa, para lograr también la formación científica, artística y política de cada vez más amplios sectores, a fin de que ellos emprendiesen la lucha por el librepensamiento y el republicanismo, lo que constituía un propósito revolucionario para la Europa de la época. Este nuevo tipo de masonería, a la que se denominó “Francmasonería”, creció en secreto y se extendió por diferentes países del continente, especialmente hacia los Países Bajos e Inglaterra, en donde, en conjunto con sectores populares, llegó a acceder al poder para implantar sus objetivos.

Pero en Inglaterra, en 1717, la masonería sufrió una “gran falsificación” por parte de estamentos reaccionarios que utilizaron viejos documentos de las cofradías de constructores de siglos anteriores. A partir de esto los ingleses se atribuyeron la invención de la Masonería Moderna, creando su propia historia, la que impusieron a sangre y fuego a lo largo de los últimos siglos, como un instrumento del colonialismo británico.

Afortunadamente, y debido al trabajo de algunos sectores masónicos y a la posibilidad de difusión que Internet ha proporcionado, hemos logrado acceder a información que antes no nos imaginamos podíamos consultar, lo que ha obligado a que incluso entre los más ortodoxos masones, herederos de los supuestos “fundadores” o “creadores” de la Masonería Moderna, aparezcan quienes ya ponen en duda que Inglaterra sea la cuna de la masonería. Es el caso de varios escritores que ya no se tragan tan fácilmente la píldora de que hayan sido Anderson y Desaguliers quienes organizaron y dieron forma a la que ahora conocemos como Masonería Moderna.

Por tanto, es necesario conocer cuáles fueron los antecedentes históricos que provocaron esta nefasta falsificación, realizada con la intención de perpetuar la monarquía y mantener el dominio religioso, especialmente cristiano.

Los hechos

Desde el siglo XV y comienzos del XVI, algunas academias de arquitectura fundadas por artistas encabezados por Leonardo da Vinci fueron las primeras agrupaciones formadas por masones libres con el propósito de realizar intercambios de conocimientos y de prácticas entre sus asociados 1 . Había nacido la Masonería Moderna o Francmasonería, como se la llamó a partir de 1517, la que se extendió por toda Europa. Prueba de esto es que, en 1507, aparecieron en Nuremberg, utilizados por Dürer 2 , los famosos “Nudos de Leonardo”, creados por éste en 1495 para la “Academia Vinciana” de Milán.

Desde esa época, las academias francmasónicas, principalmente las fundadas por Leonardo, no estaban específicamente dedicadas al arte de la construcción, sino más bien a las ciencias relacionadas con ella, sometiendo a discusión los conocimientos que se adquirían, los que posteriormente eran transmitidos a otros grupos francmasónicos, fomentándose la investigación y difusión del conocimiento científico y la especulación filosófica.

En 1547, a raíz de la muerte de Francisco I de Francia, que había apoyado a Leonardo, se inició una feroz persecución de francmasones en Francia, por parte de la Compañía de Jesús, la que con la ayuda del resto del clero desencadenó una serie de intrigas, crímenes, traiciones y quemas en leña verde, de francmasones, protestantes y más sospechosos, situación que empeoró después de la matanza colectiva de los hugonotes durante la noche de San Bartolomé, del 23 al 24 de agosto de 1572. No es nuestra intención describir aquí lo sucedido, pues pueden consultarse múltiples fuentes que detallan los pormenores de estos acontecimientos, pero sí señalar que estos sucesos provocaron que el nuevo centro y refugio de los francmasones se trasladó a Inglaterra, que en esos momentos se encontraba bajo el reinado de Isabel I, y por tanto fuera de la zona de influencia de los jesuitas y del clero católico.

A partir de esta época fue Londres el principal centro de actividades de los francmasones, quienes continuaron trabajando “por el progreso del género humano” mediante la divulgación de conocimientos científicos, lo cual constituía fundamento del desarrollo de la ideología progresista de la época. En sus logias se preparó en absoluto secreto a los hombres que asestarían un golpe mortal a la monarquía inglesa. El 7 de febrero de 1649 se decretó que la función del rey era inútil en ese país, por lo que, abolido el oficio de rey, fue proclamada la república, con el nombre de Mancomunidad de Inglaterra, en la que Oliverio Cromwell jugó un papel trascendental, llegando se ser jefe de Estado con el título de Lord Protector 3 . El 3 de septiembre de1658 murió Oliverio Cromwell 4 y le sucedió su hijo Ricardo, quien no tenía experiencia para gobernar, por lo que le hicieron abandonar el protectorado, lo que dio origen a la liquidación de la república y a la restauración de la monarquía.

Ocho años después de la muerte de Cromwell, del 2 al 5 de septiembre de 1666, tuvo lugar un gran incendio 5 que arrasó la ciudad de Londres, resultando destruidas un 80% de las construcciones de la ciudad. Fruto de esto, las nuevas leyes de construcción exigieron que se utilizaran materiales resistentes al fuego, de preferencia piedra y ladrillo, por lo que para la reconstrucción de la ciudad fue necesario traer constructores (masones) del continente, lo que obligó a la realeza a una tregua no pactada con la Francmasonería.

La reconstrucción de la Catedral de San Pablo duró hasta 1710, año en que se dio por concluida la reconstrucción de la ciudad de Londres, con lo cual las obras comenzaron a escasear, algunas logias cerraron sus puertas y muchos masones se quedaron sin trabajo. Unos regresaron al continente, pero otros permanecieron en Londres, lo que inquietaba a la realeza, por temor a que la Francmasonería les pudiese acarrear problemas sociales como los acaecidos muy pocos años atrás.

Pero en 1714, al ser sustituida la dinastía de los Estuardos por la recién instituida casa de Hannover, con el nuevo monarca Jorge I (Georg Ludwig von Hannover) de la también hace pocos años creada Gran Bretaña, el cual hablaba alemán y poco inglés, sus ministros liberales vieron la necesidad de dar a la nueva Casa Real suficiente respaldo político, para lo cual resultaba fundamental contar con logias que apoyasen al gobierno, como lo habían hecho las logias-cofradías católicas a la Casa de los Estuardos y las logiasacademias progresistas al gobierno republicano. Es así como, utilizando cuatro cofradías de constructores controladas por el clero protestante, crearon una nueva organización con el nombre de Gran Logia, la que con apoyo de las autoridades reales que sabían del peligro latente que significaba la auténtica Francmasonería, apoyaron esta maniobra y se dedicaron a perseguir y a hostigar a los verdaderos francmasones, los que lógicamente se opusieron a la burda y falsa comedia de su masonería “constructora de templos simbólicos”.

No es coincidencia que uno de los fundadores de la nueva Gran Logia y su tercer Gran Maestro, Juan Teófilo Desaguliers, fuese preceptor y capellán del Príncipe de Gales, a quien inició probablemente en 1719; que se conozca que en 1730 se celebraban tenidas dirigidas por Lord Chesterfield en casa de Robert Walpole, Primer Ministro de ese Príncipe iniciado por Desaguliers, a la época ya convertido en Rey Jorge II; y que en 1731 Desaguliers se trasladase a La Haya para presidir la iniciación, en logia de ocasión, del Duque de Lorena, quien posteriormente sería Gran Duque de Toscana y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, con el nombre de Francisco I (1708-1765).

Las vinculaciones con los Países Bajos vendrían de antes, según las afirmaciones de Guide Aciereux, quien relata que sectores reaccionarios de la burguesía capitalista inglesa fueron los que, desde que asumió el poder Guillermo de Orange en 1689, iniciaron un complot tendiente a la liquidación de la francmasonería revolucionaria, utilizando la experiencia de clérigos protestantes orangistas, que en los Países Bajos habían luchado contra los francmasones republicanos que apoyaban el gobierno de los regentes, para lo cual replicaron el procedimiento de inyectar elementos conservadores en logias preexistentes y fundar otras seudomasónicas. Este procedimiento se perfeccionó cuando cuatro logias de estas características conformaron una Gran Logia, la que encomendó la preparación de sus constituciones a una comisión de clérigos, y con el apoyo gubernamental creció en forma extraordinariamente rápida, evolucionando de sociedad política de apoyo a la monarquía en instrumento del imperialismo británico, del que adoptó algunos de sus objetivos y actitudes.

Efectivamente ésta fue una nefasta labor, pero no consiguieron acabar definitivamente con los verdaderos francmasones, quienes acostumbrados a este tipo de acosos y persecuciones extremaron sus precauciones y continuaron trabajando en el más estricto secreto.

Sin embargo, el crecimiento indiscriminado de la masonería de Anderson y Desaguliers dio pie a nuevos desarrollos conservadores, como el propiciado en Francia, en 1737, por el caballero Andrés Miguel Ramsay, quien en un discurso en el que comparó a la masonería con la caballería religiosa (Templarios), y menoscabó el papel de las academias, sentó las bases para la creación de nuevos y abundantes grados que continuaron la tradición ultraconservadora de las logias-cofradías católicas escocesas partidarias de los Estuardos.

Mientras tanto, en Inglaterra, hacia el año 1760, la Gran Logia de Londres, acogiendo una propuesta de William Preston, llevó a cabo una reforma a la utilería de las Logias que sería fuente de agrias discusiones entre los masones del mundo entero hasta nuestros tiempos: adoptó la Biblia como una de las grandes luces de los talleres 6 , lo que brindó sólidas bases para eliminar todo resto de librepensamiento, y consolidar el dogmatismo religioso como fundamento del conservadorismo político, lo que se consiguió a plenitud con la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra en 1813.

El daño causado

El daño que estos hechos causaron al movimiento y pensamiento masónico tendría sus consecuencias, pues con la religión se dio paso a la superstición dentro de las logias, se inventaron múltiples ritos (1400 según Hamill y Gilbert), las logias fueron invadidas por todo tipo de concepciones “donde se comenzó a enseñar la cábala, la magia, las evocaciones, la alquimia, teosofía y mil otras ciencias no menos ridículas y desacreditadas” 7 ; el carácter sencillo y sublime de la Francmasonería fue corrompido, los grados originales de carácter artesanal, que no pasaban de 9, llegaron hasta 120, se adoptaron títulos, denominaciones, condecoraciones y hasta vestiduras ridículas, y se crearon títulos seudonobiliarios para designar jerarquías que se compraban y vendían, como Sublime Príncipe del Real Secreto, Gran Juez Inquisidor, Comendador, Caballero Kadosch o del Aguila Blanca o Negra, Emperador de Oriente y Occidente, etc. Y se adoptaron como símbolos y emblemas distintivos (que sustituyeron a los útiles de la albañilería), águilas bicéfalas, coronas y cruces, al más puro estilo del Sacro Imperio Romano Germánico, que representan el ideal nobiliario de un gobierno mundial supranacional controlado por la religión y regido por una nueva aristocracia, que es en lo que han pretendido convertir a los altos grados de la masonería, por lo cual empezaron a denominarla “Orden”. Fue tal el entusiasmo por la mentira y la falsificación que hasta se inventó un monte inexistente.

Pero faltaba el golpe mortal, el que haría que la institución diera un giro definitivo de 180 grados, era necesario falsificar algo muy importante que cambiara la ideología de la masonería para siempre y esto se lo hizo mediante la adulteración de la leyenda del tercer grado, la que existía desde muy antiguo en la masonería, pero que no era utilizada por las cofradías de constructores y por tanto no se la adoptó desde el principio en la nueva Gran Logia de Londres. En la nueva leyenda adulterada ya NO son el monarca (la ambición representada por Salomón), el Pontífice (la hipocresía, representada por Sadoc), y el Ejército (la ignorancia, representada por la milicia), los asesinos del Maestro Hiram Abif, según la Leyenda original, sino que en su lugar es el pueblo (representado por tres ignorantes compañeros) el que aparecería como su asesino, quedando las clases y castas beneficiadas del poder a salvo de críticas, para seguir esclavizando impunemente a los pueblos que mantienen en la ignorancia, adoctrinándolos en el fanatismo religioso desde niños.

Por esto, la gran falsificación masónica consiste en la suplantación, manteniendo su nombre y características formales, de una institución científica, librepensadora, republicana y revolucionaria, por una institución religiosa, dogmática, promonárquica y reaccionaria.

Desde 1685, al ascender al trono Jacobo II, de la Casa de los Estuardos, su primer cuidado fue poner en libertad y colmar de favores a los cómplices de los jesuitas, que ya no consideraron estratégica la destrucción de la religión protestante para imponer la católica, y el padre Peters, de la Compañía de Jesús, confesor del rey, fue el verdadero soberano de Inglaterra, lo que implicó que a través de él actuó su jefe, el General de la Compañía, y el Papa 8 . Ya desde entonces el acercamiento entre el anglicanismo y el papado ha sido cada vez mayor, especialmente de los miembros de la casa real británica.

La influencia jesuítica en la masonería escocesa y la orientación religiosa que han querido imprimirle ha sido denunciada por múltiples escritores, eruditos e imparciales, para algunos de los cuales “la intervención de los Templarios en la Francmasonería, es hija de la fantasía del escocés Miguel Ramsay, creador de los grados de Escocés, Novicio y Caballero del Templo o Templario, en los que por primera vez se lanzó el considerar a la Orden de los Templarios como fuente y origen de la Francmasonería” 9 . Con fundamento o no, los altos grados impulsados desde el Discurso de Ramsay, fueron el principal canal de infiltración jesuítica en la masonería. Hasta “La filósofa rusa Helena P. Blavatsky se refiere a la pérdida de rumbo de la Masonería con respecto a su doctrina original, analiza una logia neotemplaria y descubre una influencia jesuita, o sea cristiana, en el nuevo rumbo que toma la hermandad masónica cuando pasa de ser operativa a especulativa, en 1717 10 .

Fue el caballero Bonaville, quien para evitar la invasión de “personas sin mérito”, fundó e instaló el 24 de Noviembre de 1754 el Rito titulado “El Capitulo de Clermont” (Francia) compuesto de 3 grados, pero más tarde vio su logia invadida por los jesuitas, por lo que la abandonó a su suerte, la que sin freno ni control sufrió la inserción de símbolos religiosos en los “altos grados masónicos”. Llegó al colmo con la inserción también de rituales católicos que se readaptaron como masónicos y al pasar el tiempo dejaron de ser religiosos para convertirse supuestamente en herencia de los antiguos canteros y albañiles. Se piensa que el discurso de Andrés Miguel Ramsay dio ímpetu a los religiosos y jesuitas, y la producción de grados, ritos e insignias, estuvo en su apogeo, y fueron exportados hacia Inglaterra y el nuevo mundo, en especial los Estados Unidos de Norteamérica, donde se creó el Supremo Consejo de Charleston que, reconociendo la calidad innovadora de los “americanos”, reinventó el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que rápidamente fue exportado a Europa y de allí se esparció por todo el mundo.

Fue comentado por historiadores de la época que “A los grados irlandeses y a los del reformador Ramsay, que sólo tenían por objeto, o bien la restauración de los Estuardos, o bien el fortalecimiento del catolicismo en Inglaterra, se sucedieron los del filosofismo, que penetraron en muchas Logias Francesas” 11 . Actualmente, León Zeldis sostiene que en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado que se practica en los grados escoceses de los Supremos Consejos de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Australia, se exige que los postulantes no sólo sean cristianos, sino que, además, deben jurar en forma expresa que creen en La Santísima Trinidad 12 .

Conclusión

Pese a que muchos hermanos de “altos grados” conocemos de cuánta basura está llena la institución, seguimos hurgando el basurero y manchándonos las manos defendiendo lo indefendible; o será tanta nuestra vanidad y soberbia, que no queremos que la masonería retome su verdadero rumbo, por el temor a perder títulos, condecoraciones, reconocimientos y autoridad sobre hermanos de “grados inferiores”, ante los que con prepotencia autoritaria ostentamos nuestros altos grados, que son producto de la basura.

 

Miguel Ramírez Valdez

Miembro de la Academia Francmasónica Mexicana

 


1 “Por otra parte, la aparición de las Academias de Arquitectura -en especial en Italia- quitó la razón de ser al sistema gremial de aprendizaje de la construcción, con todo lo que llevaba de ritual de transmisión de los secretos del oficio” José Antonio Ferrer Benimeli. “Masonería, Historia y Geografía”.

2 Albretch Dürer (Durero) 1471-1528. Nació en Nuremberg, Ahora territorio alemán. Pintor famoso del alto renacimiento, artista gráfico de maestría sin igual que imprime un estilo hiper realista cuando reproduce la luz y la sombra, logrando una definición fotográfica en el dibujo y la pintura.

3 La trascendencia del papel jugado por Cromwell en el proceso republicano inglés, en calidad de líder de una masonería militante, fue recogido por los enemigos de la masonería y es así como en una obra publicada en 1747, “Los masones aplastados”, cuya autoría se discute si correspondió al abate u o al abate Laudan,”… se afirmaba por primera vez que la masonería había sido inventada por Cromwell para fines políticos.” (Logia Francmasónica Francisco de Miranda). Referencia obtenida de “Diccionario Historico de la Compañía de Jesus”. Páginas 2558 a 2560.

4 “Muchos observadores creen que Oliverio Cromwell era francmasón, y si bien no existe ningún registro que lo demuestre de manera concluyente, dicha afirmación parece extremadamente probable que lo fuese. Su superior e íntimo amigo sir Thomas Fairfax ciertamente era miembro del Arte y la mansión familiar de los Fairfax en Ilkley, en el condado de York, todavía tiene un templo masónico junto a la biblioteca, al que se entra por una escalera de caracol que lleva a una habitación pavimentada de blanco y negro con dos pilares independientes.” (Chistopher Knight y Robert Lomas, “La Clave Masónica”. Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 2002. Traducción de Albert Sole. Página 503.)

5 http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Incendio_de_Londres. (Hecho del que muy poco hablan los historiadores masónicos).

6  Historia de la Masonería, Iván Herrera Michel. Pág. 32.

7  Abate Lefranc “El velo descorrido para los curiosos revelado por medio de la la Francmasonería”.

8 ¡Pobres Jesuitas! Fernando Garrido, Madrid 1933. LOS CABALLEROS TEMPLARIOS Y LA MASONERIA, BREVES NOTAS

9 http://www.geocities.com/cipriano99/caballeros.html.

10 SOBRE TEMPLARIOS, MASONES Y JESUITAS http://hermanoconstructor.blogspot.com/

11 ANTIMASONERIA http://www.geocities.com/Athens/Oracle/6980/trabajos/antimasoneria.html

12  ¿Los Ritos en la Masonería? Juan Orrego. R:.L:.S:. «Fénix» Nº 137.

 

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