Los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y miembros de la Iglesia Católica, en contra de menores de edad, en diversos países, que se encuentran en plena investigación judicial y eclesiástica, tienen enduda a la ciudadanía si efectivamente habrá castigo para estos degenerados; si de verdad creen en Dios; que el celibato, que dicen deben cumplir los sacerdotes, es una situación antinatural; y otros temas, que en los tiempos modernos, cuestionan a esta iglesia en el mundo entero.
Esto nos hace recordar el Edicto de Worms, que fue proclamado en 1521 por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V, y el cardenal Girolamo Aleandro, nuncio papal, contra Martín Lutero, en el cual se le declaraba como: “prófugo, hereje, proscrito, fuera de la ley y se autorizaba a cualquier persona a matarlo, sin temer sanción alguna”.
De todos es conocido que Martín Lutero (1483 – 1546), teólogo alemán, creó la reforma protestante para contrarrestar las ideas y creencias de la iglesia católica de la época. Luchó por combatir las corrupciones de la iglesia y fue impulsado en todo momento por sus creencias en un Dios misericordioso.
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Martín Moreno – México