Los Masones están locos

Yo los conozco, los he visto muchas veces, son raros, salen de sus hogares ya tarde y vuelven pasada la media noche, en realidad no ocultan nada, dicen que tienen que cumplir con sus deberes.

Yo los conozco bien, visten de cierta manera y siempre usan mandiles cual obrero se presenta a trabajar en su obra maestra. Algunos de ellos portan orgullosos distintivos en sus cuellos, como atleta que ha ganado una medalla olímpica.

Entre la gente cuerda se pueden distinguir, son siempre rectos, acatan las leyes y aman a su patria. A las damas las respetan, a los niños los guían y a los adultos los veneran; se creen unos caballeros.

Están Locos. Incansablemente se empeñan en ayudar al prójimo, con más razón dicen, si se trata de un hermano. En tiempos en que la humanidad se ha vuelto egoísta y no quieren ayudar a los demás, ellos lo disfrutan. «La masonería se hace en la calle», dicen ellos.

Algunos de ellos han sido famosos, los puede uno encontrar incluso en los libros de historia.

Yo los he visto, esperan con ansia ese día de la semana para asistir a ese lugar misterioso al cual ingresan tocando de una forma que sólo ellos conocen, entre ellos se saludan y abrazan como si fueran todos miembros de una gran familia. Están mal de la cabeza.

Entre ellos se respetan, piden la palabra antes de hablar y siempre se dirigen con gran respeto a alguien que está unos escalones arriba. Algunos tienen doctorados y maestrías, son profesionales, médicos, profesores, empresarios y algunos que otros practicantes de algún oficio, todos trabajan.

Son amigos del pobre al igual que del rico, no les importan las cosas materiales, pero se empeñan siempre en obsequiar. Seguramente están locos.

Nunca pude calcularles la edad, pero creo que tienen entre 18 y 85 años. Cuando entre ellos se preguntan la edad, siempre mienten. Debe ser por eso que están locos.

Los más sabios instruyen a los jóvenes y los corrigen siempre con suavidad. Todos ellos creen en ciertos principios y dicen que tienen fe en sus ideales. Seguro no están bien.

Alguna gente normal cree que adoran a la muerte, la verdad es que aman la vida. Al recién iniciado le hablan de virtudes, se felicitan entre ellos cuando hacen un buen trabajo, pero a la vez lo impulsan para que siga mejorando, quién los entiende. Todos hablan en su momento, pero sobre todo, escuchan. Los he visto muchas veces, están mal de la cabeza.

Tienen jerarquías entre ellos, pero aún el más alto grado, mira con cariño y respeto al más bajo. Cuerdos no están.

Yo los conozco muy bien. Nunca platican a la gente cuerda lo que hacen en su «Logia», pero se preocupan por invitar a otros, como quien quiere compartir su fortuna con los que más quieres. Se creen descubridores de un gran secreto al que sólo tienen acceso algunas personas.

Aquellos a los que convencen de probar una vez, en unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos.

Una cosa es cierta, los masones están completamente locos y solamente ellos, y los que se atreven a seguirlos son capaces de disfrutar de esa locura como lo hacen ellos.

El mundo sería otro, sin duda, si hubiera más locos.

Miguel Angel López

Fuente: Quadratín

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