La naciente federación masónica proclama como principios el perfeccionamiento del ser humano y de la sociedad a la luz de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, mediante el estudio, la acción y la trascendencia social, ejerciendo el librepensamiento para la búsqueda de la verdad, y la práctica de la ética, la tolerancia y la laicidad. Respeta las diversas formas de practicar la masonería en busca de la unidad en la diversidad a partir de principios comunes, especialmente los derechos humanos, resultado de las luchas y anhelos masónicos, y, primordialmente, la igualdad de mujeres y hombres, la absoluta libertad de conciencia, la no discriminación por ningún concepto, y la libre asociación individual y logial, sin que la pertenencia a una organización masónica impida formar parte de otra. Todo esto a fin aportar a la renovación de la masonería ecuatoriana bajo concepciones librepensadoras, incluyentes y democráticas, en el marco de una ética y un humanismo laicos.