Adonay Menniti, 33º (E:.E:.O:.E:.)
No se trata de hacer un relato risueño de algunos HH.’. pero si de describir a ciertos personajes que en realidad son inútiles para la Orden, pero que lamentablemente los tenemos en abundancia en muchas logias. Trataremos de describirlos someramente, pero diremos como en las antiguas películas de cine: “todos los personajes de esta película son ficticios. Cualquier semejanza o parecido con personajes reales, vivos o muertos, son pura coincidencia”.
¿Por qué sucede esto?
Aunque parezca paradójico, por la “gran libertad” que existe en las Grandes Logias y logias también, por cuanto no existen exigencias obligatorias de requisitos a cumplir, permitiéndose a cada una alterar los principios de las Constituciones de 1717, adaptándolas a los “usos y costumbres” del lugar, fijándose solamente como obligatorios los “antiguos landmarks” (que hoy resultan casi todos obsoletos, prohibidos o lugares comunes, por cuanto están ya incluidos en las constituciones de los países modernos). Entonces tenemos como resultado, esa “anarquía” (podemos llamarla así) en las diferencias que observamos en los rituales de los distintos países, especialmente en lo relativo a la ”liturgia”. Porque cada país los ha modificado “a su gusto y paladar”. Y no faltan los que exigen en alguna ceremonia el arrodillarse, lo cual significa sumisión, y no obediencia.
Tampoco existen exigencias sobre los programas de instrucción para los distintos grados ni normas de docencia con programas anuales a cumplir obligatoriamente por las logias. (Salvo honrosas excepciones en algunos países). El resultado es una disparidad de criterios que atentan contra la uniformidad de las enseñanzas de cada grado. Lo que es muy notable cuando se reciben visitas de HH.’. extranjeros. En algunos casos son muy o demasiado religiosas, siendo que si bien la masonería moderna surgió en momentos de auge de las costumbres religiosas, la masonería es esencialmente “laica”.
Así nos lo demuestra la Gran Logia de Inglaterra, al establecer en 1929 los requisitos que deben reunir las logias para ser “regulares”, ya que solamente exige el cumplimiento obligado de tres de esos antiguos linderos, y dice claramente “La masonería no es una religión ni el sustituto de ellas” “no existe un Dios masónico”. Por lo tanto no es dogmática, sino racionalista.
Esto trajo como consecuencia, esa disparidad de criterios y modos de actuar, que poco a poco fueron degenerando, llegándose a lo que ahora criticamos, O sea la formación de “masones de café” o también llamados “cartones pintados”, con la que los críticos consideramos a ese modo de actuar, que desvirtúa totalmente “lo que es y lo que debe ser” un masón. Son los que hacen el menor esfuerzo posible por hacer algo por la Orden o por el bien de la Logia. Para ellos es “una reunión de autoconvencidos” o sea el equivalente al “bar de la esquina” o “el club del barrio”, donde van “a pasar el rato” después de cumplir con su jornada de trabajo.
El mandil y la banda.
Cuando el V.M.’. pide algún voluntario para una tarea extra, tratan de soslayar el problema esperando que otro HH,’.se ofrezca. O sea adoptan “la teoría del menor esfuerzo.” Pero si se trata de una tarea de figuración, como ser comisiones de recepción, o de homenaje, son los primeros en ofrecerse.
Les agrada ocupar cargos “importantes” en la logia, los que no se prestan a lucimiento personal, los esquivan, Por ejemplo. No les agrada ser Secretarios, Hospitalarios o Tesoreros, porque requieren trabajo fuera de logia, y ellos “no tienen tiempo”, pero si Maestros de Ceremonia, Orador o Experto, por cuanto tienen mas lucimiento, y se cumplen en la misma tenida, y son los primeros en querer formar las “comisiones de recepción de autoridades” y ni hablar de ser candidatos para Venerable Maestro. Consideran ese cargo como el “máximo honor” por cuanto después serán “PastMaster” y ya su “carrera masónica” estará cumplida. Después se considerarán con derecho a faltar a tenidas o no ocupar ningún otro cargo, salvo el de Guarda Templo y el de poder sentarse en Oriente al lado de los Altos Dignatarios.
“Pero de hacer trabajos de docencia para los HH,. Aap. y Ccomp. Ni hablar. Y menos aun de alguna enseñanza para los Maestros Masones. Porque ni se preocupan que haya docencia para ellos. “La masonería la aprenden por ósmosis”. Ya lo hemos dicho.”
Solamente los Aprendices deben aprender algo, incluso para los ascensos a Compañero hasta llegan a veces a redactar las preguntas que se le harán para entregárselas a los Aap.’. Un día o pocos días antes de su interrogatorio para su ascenso. Un verdadero fraude. Y de los Compañeros? A lo sumo recomendarles algún libro. Porque de ese modo, los candidatos al responder a las preguntas, lo harán correctamente y el Vigilante que fue su instructor quedara como que ha cumplido con su deber ¿¿“instruyendo”?? A sus alumnos.
“Entonces llegamos a tener un cuadro logial de hermanos que son en realidad “cartones pintados” y no “masones de verdad”.
Es de imaginar los resultados finales de estas logias “pintadas en este cuadro”. “ Porque si nadie se preocupa por exaltar las virtudes que debe tener un masón, y sobre todo “cuales son estas” para saber donde y cuando hay que aplicarlas. No es visible la “razón de ser del masón”. Porque es de suponer que somos masones “para algo” pero si no sabemos que es ese algo” ¿Para qué existimos? ¿Cuál es la finalidad de la Orden? ¿Lo saben? ¿Lo sabemos?. Cuando al final de cada tenida se otorga la palabra ”en bien general de la Orden y de este Taller en particular”, difícilmente tengan alguna propuesta que hacer. A lo sumo citarán algún aniversario de algún celebre masón que nos recuerda la historia, olvidando que la historia es el ayer y que si hoy no hacemos nada de importancia, mañana la historia no tendrá nada que recordar de nuestro paso por este mundo.
Ya sucedió en el siglo XX, que pocos los hechos destacables atribuibles a masones que podemos recordar. Han vivido de recuerdos. O sea que el mal que estamos mostrando no es de hoy, ya llevamos un siglo de “no hacer”, y vivimos recordando lo hecho por otros HH.’. que nos han precedido de los siglos XVIII y XIX. Por lo visto el Código Moral Masónico es un ilustre desconocido para estos HH.’.
Pero eso si, se atienen a “los antiguos linderos” a rajatabla. Prohibido los temas de política y religión. No vaya a ser cosa que nos enteremos de lo que esta pasando en el mundo, con continuas guerras y terrorismos salvajes y nos metamos en ese “infierno” que es intocable. Nosotros somos seres de otro planeta y esos problemas no son nuestros.
Miramos para un costado o escondemos la cabeza como el avestruz. Mejor, decimos que ¿¿“no nos incumbe” ?? Linda respuesta. No muy masónica que digamos. ¿Es así o no?
Lindo porvenir le espera a la Orden con semejantes discípulos !! En vez de ser “la avanzada de la humanidad” con nuestras propuestas de vanguardia, somos los espectadores pasivos del acontecer mundial. “calentando sillas” en los Templos del mayor saber de la humanidad, custodiando “El libro de la Ley Sagrada” la Escuadra de la rectitud y el compás de la equidad como adornos, y las columnas del trabajo y las herramientas de la construcción (¿De que?) desparramadas en distintos lugares.
Y ni hablar de los lemas “Ciencia, Justicia y Trabajo” “Libertad, Igualdad Fraternidad” “Salud, Fuerza y Unión”, Fe Esperanza y Caridad, y otros que son para ellos “frases hechas”. Que citamos con orgullo en discursos que no son más que palabras huecas. ¿Donde quedó lo de “masones especulativos”? ¿O somos un Museo de antigüedades? ¿Alguien me puede explicar para que estamos alli? Porque lo que dicen los antiguos rituales del “incesante golpear de mazos y cinceles” para “formar al buen masón”.”el hombre virtuoso” ¿Donde está? Al parecer ni sabe lo que es “virtud”. A lo sumo sabe citar las teologales y las cardinales. Porque en tres siglos ni siquiera han confeccionado una lista de las virtudes que debe tener un buen masón
Hemos olvidado que el masón debe ser “un hombre ejemplar”, perteneciente a una “elite intelectual” que debe destacarse en el mundo profano por sus ideas de vanguardia, innovadoras en beneficio del progreso humano. La masonería es una “Escuela de Hombres Trascendentes”.
Pienso que estamos total y absolutamente equivocados con la interpretación que le damos actualmente a los antiguos linderos, a la Orden y a los Rituales. Y ni hablar de las penas corporales a los perjuros, que continúan aun incluidas en los juramentos que prestamos en cada grado. Estamos repudiando a las penas que aplica Nigeria a las mujeres, olvidando que nosotros tenemos otras mucho peores y las juramentamos. ¿No nos damos cuenta?¿ O somos hipócritas? Tengamos en cuenta que la Masonería Moderna nació en 1717 o sea hace ya casi tres siglos. Que fijó normas “inmodificables” pero que hoy, con la evolución del derecho positivo, esas y todas las leyes, usos y costumbres, han variado totalmente. Por lo tanto son realmente obsoletas. Hoy están total y absolutamente prohibidos los duelos por las armas en defensa del honor. Debe recurrirse a la justicia profana.
En ningún caso las leyes son inmutables. Varían con el tiempo y con la evolución de los usos y costumbres consuetudinarias de cada pueblo.
Por lo tanto, no podemos seguir siendo anacrónicos. En tres siglos no hemos sido capaces de redactar siquiera un Ritual de Ceremonial que unifique los procederes de liturgia. Los principios “inmutables” de la Orden, son única y exclusivamente la filosofía “hermetico – iniciatica”.Todo lo demás es “historia de la Orden” y por ningún motivo normas “inmodificables”. Esto nos demuestra de modo irrefutable que es absurdo pretender mantener nuestros famosos “antiguos linderos” en vigencia. Debemos despertar del letargo en que estamos inmersos. ¿O seguimos viviendo en el siglo XVIII?
Muchas de esas normas ya han sido incluidas en las Constituciones de los países modernos, otras están totalmente prohibidas (sociedades secretas y penas corporales) y otros son “lugares comunes” ya cosa normal y corriente, por lo tanto no es necesario que sean normas escritas. Ya la “Bill de Derechos“ de 1628 estableció la inviolabilidad de la correspondencia, del domicilio, de la defensa en juicio y del “habeas corpus”. Pero olvidamos expresar cual es la misión del masón: Debe ser un hombre virtuoso, perteneciente a una “elite intelectual” de avanzada de la sociedad, un hombre “trascendente” que se destaque en la sociedad en que vive por sus virtudes, cualidades y meritos, y que sea “modelo digno de imitar”, surgido de esa “Escuela de Hombres” que es la Orden, por cuanto ésta, al igual que una Facultad de Medicina, no cura enfermos pero sí forma a los hombres que lo hacen.
¿Lo estamos cumpliendo? ¿O también nosotros somos “calientasillas”, “cortones pintados” o “masones de café? Esto nos demuestra de modo irrefutable que es absurdo pretender mantener nuestros famosos “antiguos linderos” en vigencia. Debemos despertar del letargo en que estamos inmersos. ¿O seguimos viviendo en el siglo XVIII?
Si estamos convencidos de estos argumentos, no cometamos el error de hacerlo por cuenta nuestra. Mejor propiciemos la convocatoria a un nuevo Convento de Lausanne como el de 1875, y allí se fijarán las nuevas normas objetivos y fines de la institución. Porque en estos momentos los antiguamente fijados ya se han cumplido. Tenemos “un vacío” en las razones de existencia de la institución. Mientras tanto, tendremos mucho trabajo que hacer para determinar los asuntos a tratar en el Nuevo Convento, como ser redactar un Código de Faltas y Delitos, indicando las sanciones a aplicar en cada caso, para incluirlo en el Código de Justicia Masónica. De ese modo, seguramente se terminarán los “masones de café” o las tenidas equivalentes a las reuniones en “el bar de la esquina”. Es para pensarlo. ¿No?
Fuente: Revista Zénit